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Un espacio donde podrás acceder a distintas propuestas de aprendizaje para tu desarrollo personal y profesional.

5 ventajas de la disciplina positiva

¿Cuáles son las ventajas de la disciplina positiva? ¿Por qué es una gran herramienta para implementar en casa?

La disciplina positiva viene a responder un interrogante central en nuestras vidas. ¿Qué es lo que necesitamos todas las personas para sentirnos bien? Es justamente ese el punto de partida y lo que da sentido al modo de enfocar la crianza y la educación de la disciplina positiva. En esta era que se ha facilitado el acceso a la información global, sufrimos a diario un bombardeo masivo pero personal que impacta de lleno sobre la salud mental de tanto de adultos, como de niños. Uno de los conceptos que más resuena en los medios y las redes es el de RESPETO, pero muchas veces mal entendido y, sobre todo, en relación a la crianza. Esto trae consecuencias preocupantes y hace que la crianza oscile entre dos estilos que predominan: desde un permisivismo extremo a una sobreprotección desmedida. Tomando los puntos más salientes sobre los que se basa la disciplina positiva podemos decir que, no sólo en la relación de crianza sino en cualquier otra relación o interacción humana, lo que necesitamos todas las personas para sentirnos bien y desarrollarnos con felicidad son vínculos más humanos, más sanos, basados en el respeto mutuo. Las 5 ventajas de la Disciplina Positiva que podemos reconocer en su implementación en temas de crianza son:
  1. Aprender a disfrutar de los desafíos cotidianos: a partir de las oportunidades que se presentan en el día a día, educar a nuestros hijos en las habilidades que queremos que desarrollen a futuro. Si queremos que nuestros hijos sean alegres: ¿aprovechamos las situaciones cotidianas para enseñarles alegría?
  2. Establecer límites con amabilidad y firmeza: la crianza respetuosa propone límites razonables, no punitivos, normas con sentido, viables según el momento madurativo de los niños, a partir de relaciones empáticas y democráticas.
  3. Dar oportunidades de aprender haciendo: los niños necesitan espacios para explorar, equivocarse, elegir opciones. Conociendo las posibilidades que los niños tienen a cada edad, lo padres debemos dar oportunidades de que “hagan a su manera” para tener un aprendizaje experiencial. No seamos padres proveedores de soluciones a temas que nuestros hijos pueden resolver solos.
  4. Ser conscientes del impacto que tienen el lenguaje gestual y verbal en nuestras relaciones: utilizar preguntas en lugar de ordenar, motivar con frases alentadoras y utilizar preguntas abiertas para iniciar una conversación, son algunas de las estrategias que nos enseña la disciplina positiva para fomentar relaciones de respeto mutuo.
  5. Aprender a no tomar de forma personal el comportamiento de nuestros hijos: aunque es difícil en un primer momento, es importante saber que el “mal comportamiento” de un niño es casi siempre una respuesta primitiva a los desafíos de aprendizaje que se le presentan. Conocer lo que se puede esperar en cada edad nos dará noción de que algunos comportamientos son inevitables y temporales.
Vivenciar las ventajas de la disciplina positiva, nos permite como padres, mirar a largo plazo y no agobiarnos con la lucha de poder cotidiana. La paciencia es una aliada indispensable, el que se desborda pierde.

Ventajas de la Disciplina Positiva en la Escuela

Desde 2021, en los Jardines de Apdes hemos ido sumando herramientas de la disciplina positiva para trabajar la competencia emocional en el marco de nuestro proyecto de innovación educativa: Innovate. El motivo de incorporar este método en la educación en nivel inicial está vinculado con lo que sugieren los estudios y referentes en primera infancia, esto es: los niños aprenden mejor cuando se sienten mejor.Como nos relata Manuela Caminal - Lic. en Psicología, certificada en disciplina positiva -:
El cerebro del niño es más permeable al aprendizaje cuando tiene sus necesidades básicas cubiertas tanto físicas como psíquicas, cuando se  siente querido y valorado. La base para el desarrollo de una sana autoestima, se da cuando damos a los niños oportunidades para desarrollar habilidades socioemocionales, para aprender de a poco a controlar  y gestionar mejor su emociones, cuando se encuentran cómodos en un ambiente que promueve la autonomía.
En este sentido, el cambio de paradigma que implica implementar la disciplina positiva en las aulas y pasar de un "adulto controlador" a un "adulto guía", redunda en una serie de beneficios que impactan favorablemente en el aprendizaje. Por un lado, aumenta la autoestima en los niños y por otro, al sentir pertenencia y conexión se minimizan las conductas disruptivas, generando un ambiente mucho más propicio para el aprendizaje. Si te interesa saber más sobre este tema, te invitamos a leer el artículo: "Aplicar la disciplina positiva en el Jardín"   Daniela Díaz Erbetta, Lic. en Psicopedagogía, certificada en Disciplina Positiva.
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Acompañar en el estrés de nuestros hijos ante los exámenes

Compartimos este artículo de la Lic. Manuela Caminal sobre cómo acompañar a nuestros hijos ante los exámenes.

Acompañarlos en época de exámenes

Época de exámenes, estudio, exigencias, poco tiempo, hacer resúmenes, tiempo de mayor concentración, de mayor cansancio y estrés. Qué importante es poder acompañar a nuestros hijos en época de exámenes. Es una oportunidad también para conocerlos mejor, para ayudarlos a que se conozcan, poder orientarlos y que la época de exámenes no quede únicamente en aprobar o desaprobar. Oportunidad para ayudarlos a manejar y tolerar ciertos niveles de estrés sin por esto enfermar. Toda situación de evaluación, independientemente de la personalidad de cada uno, genera cierto nivel de estrés. Nuestro cuerpo y nuestra mente se prepara para un desafío que implica esfuerzo, aparece  la incertidumbre de no saber que me tomarán, los nervios, las ganas de que pase y aprobar, por eso que importante será toda la previa al examen para poder afrontar mejor este desafío. Está claro que gran parte depende del estilo y manera de ser de nuestros hijos, si tiende a ser tímido o más retraído, si se enoja ante los desafíos, si es el que se obsesiona para que todo esté perfecto y no olvidarse nada, si suele ser relajado y esperar a que las cosas pasen, independientemente de la manera de ser será muy oportuno el poder acompañarlos  en estas épocas. Esto no significa estudiar por ellos así como tampoco dejarlo librados a sus ganas de estudiar, habrá que poner pautas, normas y ayudarlos a preparar un encuadre apropiado para que puedan lograr sus objetivos, sin olvidarnos, sobre todo, que necesitan de nuestra compañía, que podamos ser un cerebro maduro que les brinde un ejemplo claro que los ayude a discernir lo importante de lo secundario, que los ayude a ordenar su mundo interno con nuestro criterio y sentido común.

Algunas ideas que pueden ayudar

Conocerse: Que aprendan a conocerse puede ser un buen punto de partida ante la pregunta ¿qué me ayuda a poder estar más tranquilo? ¿qué situación o entorno me pone más nervioso? ¿qué me ayuda a estudiar mejor? ¿cómo me doy cuenta que estoy estresado? A veces puede ser el llegar del cole y tomarse un breve descanso. Es bueno regular nuestro nivel de estrés y aprovechar las situaciones que tenemos en la diaria para poder hacerlo. Patear un rato la pelota, escuchar música, leer algo que distiende, comer algo rico y saludable. El cerebro tiene que estar tranquilo para poder aprender, ni muy alborotado ni demasiado tranquilo, encontrar ese punto medio para poder aprender mejor y por qué no, disfrutar mientras estudian.  A partir de los 7 años, si fuimos acompañando y enseñándoles a estudiar pueden empezar a hacerlo solitos, con nuestra supervisión y cercanía, pero no necesariamente tenemos que estar sentados con ellos hasta desfallecer ambos del cansancio y falta de paciencia. Tener en cuenta siempre la particularidad de cada niño. En educación nunca existen las recetas.  Cercanía y disponibilidad: Que estemos mamá o papá cerca y disponibles es una tranquilidad, por más que no vayamos a aportar mucho, pero el acercarnos, darle una palmada, acercarle un vaso de algo fresco puede ser suficiente y en alguna ocasión puede ser sentarnos y evaluarlos, preguntarles como vienen, si necesitan nuestra ayuda, y ayudarlo si es que nos lo piden.  Pero ayudemos sobre todo a que puedan poner en palabras ese estrés extra que muchas veces se transforma en síntoma e ir aprendiendo a entrenarse ante situaciones desafiantes.  Más atentos y conscientes de sus nervios: saber que esos nervios extras están, así que no ofendernos ni tomarnos personal cualquier frase o palabra que digan, sin con esto permitir faltas de respeto. Podemos relajar un poco en algunos aspectos para no generar mayor tensión, si estamos atentos sabremos distinguir.Recreos mentales: Está estudiado que después de los 45 minutos de estar sentados en un silla necesitamos un corte y respiro para poder volver a concentrarnos. Que puedan hacer estos pequeños cortes, no más de 10 minutos, para poder seguir con un buen nivel de concentración y aprendizaje.  Respetar más que nunca las horas de sueño. Dormir bien (niños menores de 12 entre 10 y 12 hs, niños entre 13 y 18 años de 8 a 10 hs) . Esto los ayuda a un mejor aprendizaje a incorporar mejor lo estudiado, los ayuda a fomentar la hormona del crecimiento, clave para que nuestros hijos puedan seguir creciendo de una manera sana y completa. Evitar "sermonear": Acompañarlos con preguntas abiertas y que ellos vayan llegando a la conclusión de que será mejor estudiar ahora y no seguir hasta después de clases.  Animarlos: prepararles algo rico, hacerles algún chiste si sirve para aflojar la tensión. Identificar si lo vemos muy tenso y de algún modo sutil ayudarlo para aflojar. Si notamos algún tic o están demasiado irritables, tal vez no es el mejor momento para la corrección, pero si darles contacto corporal en esos momentos puede ayudar a aflojar. Una palmadita en la espalda, un masaje etc. y preguntarles si necesitan algo.  La clave en estas etapas es que estemos cerca, disponibles y que podamos ser esa tranquilidad que ellos muchas veces no pueden alcanzar, siendo sólo ejemplos sin palabras de más, sin demasiadas exigencias y con mucho cariño.  No nos preocupemos tanto por cómo les va, sí por cómo toman esas próximas notas. Los exámenes son una gran oportunidades para experimentar de manera muy concreta las consecuencias lógicas de su accionar. El mejor lugar que como padres podemos tener es estar cerca para acompañarlos, es una etapa de grandes aprendizajes en nuestros hijos, no sólo intelectuales sino de muchos otros que suelen ser silenciosos casi imperceptibles.  Ayudemos a nuestros hijos desde chicos a que vayan aprendiendo a gestionar y sobrellevar las diferentes situaciones de estrés, y conocerse para encontrar mejores soluciones.
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El juego, una oportunidad

Les dejamos los puntos más importantes de la conversación y reflexión sobre el juego que compartimos con Manu Caminal y Cintia Romero.

Hola Manu, buenas tardes, primero que nada, ¿Cómo surgió este tema para compartir con nuestras familias?  Hola a todos! El tema del juego es un tema que en primer lugar me interpela como mamá, es un desafío sobre el que cada tanto tengo que volver a repensar, y luego como profesional, conociendo y sabiendo todos sus beneficios y el poco tiempo que hoy nuestros niños están teniendo para el juego. Sin decir nada nuevo, pienso que es importante volver a recordar que la infancia es una sola y que una infancia bien vivida ayuda a llegar a ser mejores adultos. ¿Qué importancia tiene el juego en la infancia?  El jugar es una actitud vital. Se encuentra dentro de las necesidades básicas de cualquier niño. La vida infantil no se puede pensar sin juegos. es su principal actividad. Responde a la necesidad de tocar, expresar, sonar, explicar, etc. es un impulso que los ayuda a conocer el mundo. es algo que viene desde dentro tan importante para el crecimiento  social, afectivo, motriz . Es clave para un sano proceso de aprendizaje, un niño que no juega no puede conocer el mundo, no puede crecer en plenitud.  A través del juego podemos conocer y conectar un poco más con nuestros hijos. quien juega con sus hijos genera lazos y conexiones neuronales que hacen al vínculo y la confianza.  El juego proporciona asombro, la base para el aprendizaje, es una manera única de expresar y poner en marcha lo que sienten, lo que les pasa, es una manera de elaborar eso que vivimos y sentimos. Es hacer activo lo que se vive de un modo pasivo, las experiencias positivas como negativas se expresan a través del juego, por lo tanto nos ayuda  a elaborar experiencias. Ya Aristóteles y Platón hablaban de su importancia, incentivando a los padres a que jueguen con sus hijos, como una manera de prepararlos para los futuros trabajos y elecciones profesionales.  Juego y aprendizaje han ido siempre de la mano, no es algo nuevo.  La diferencia es que hoy la neurociencia nos abre luces sobre estos temas que antes eran intuiciones y eso es muy bueno.  En terapia una manera de evaluar a un niño es a través del juego. como juega , a que juega, como se expresa a través del juego. Ayuda en todos los ámbitos del niño. Les da un enorme placer poder jugar y compartir con otros transformándose en una manera de aprender a vincularse y socializar. Pero no todos los niños juegan a lo mismo, o tienen mismos intereses en los juegos… Tenemos que tener siempre en cuenta la personalidad y carácter de cada niño. Como vemos existen niños más introvertidos que les gustan juegos más tranquilos, que no impliquen asumir demasiados riesgos o contacto físico, niños que necesitan mayor movimiento, descarga, contacto físico, riesgos. Niños que les gusta más el juego de roles, pintar,  manualidades, otros eligen juegos más tranquilos, o una combinaciones entre varios. Esto varía según cada niño y conocer y respetar su manera de jugar es muy bueno. En este punto es importante señalar que observar si hay cambios muy bruscos en la manera de jugar, nos puede ayudar a identificar si está atravesando un mal momento o simplemente es su manera de expresarse. Mediante el juego podemos conocer mejor a nuestros hijos. Que posiciones suelen tomar, si es de los que les gusta liderar, los que suele tomar una actitud más dócil o pasiva, los que son conciliadores, los que tienen una actitud más colaborativa etc. Esto no es ni bueno ni malo, sino que nos dan información para poder acompañarlos y guiarlos mejor. Y en algún caso será para estar más atentos si vemos que algún juego, o los juegos que eligen no son tan buenos para él. Pero ante todo ver el juego como una manera más de conocer y acompañar a nuestros hijos.  vacaciones juegos¿Cuáles son los beneficios que brinda el juego?  Son muchos y distintos, pero los más importantes son:
  • Se divierten,
  • Aprenden a ponerse en el lugar del otro, a través de la propia realidad que se impone,
  • Aprenden a gestionar la frustración cuando las cosas no salen como esperan, como puede ser cuando ese nene no quiere jugar conmigo, ese juguete que no me prestan, ese juego que no me gusta, perder, ganar, ceder, esperar el turno.
  • Jugar también implica desafíos, superarse, mejorar. Van incorporando todo un aprendizaje que los van ayudando a un desarrollo sano y equilibrado en todos sus niveles, físico, social, psíquico. Hoy en día hay médicos que recetan mayor horas de juegos libre y espontáneo para niños con síntomas de depresión, hiperactividad y ansiedad, desatención y dificultades en los vínculos.
  • Los niños aprenden jugando. Es espontáneo, su mente está abierta, les permite crear y equivocarse, no hay nada determinado porque van aceptando el feedback permanente del otro.
  • Amplifica las emociones, sin emoción no hay aprendizaje.
Todos estos aspectos ayudan en el sano desarrollo del niño, a estructurar el cerebro y que tenga un mejor desarrollo. Nuestros hijos aprenden a través de los 5 sentidos a conectar, prestar atención. La carencia de la estimulación sensorial es una dificultad para aprender pero la sobreestimulación también según lo confirmar cada vez más estudios.  ¿Qué necesitan nuestros niños para jugar?  Es bueno recordar que no suelen ser muchas cosas. 
  • Sobre todo TIEMPO: Hoy más que nunca nuestros hijos están necesitando más tiempo para jugar. Los niños juegan a aquello que necesitan y su cuerpo los invita. Hoy con tantas actividades y programas, sin querer los estamos privando de una necesidad básica, jugar, simplemente jugar. 
  • ESPACIO: Acondicionados para juegos, para poder jugar libre y seguros. que el juego sea lento, que puedan explayarse. El espacio de sus casas, de sus cuartos, salir al aire libre.  
  • COMPAÑEROS: Compañeros para elevar el juego, dar ideas nuevas. 
  • ACORDE A LA EDAD
  • NUESTRA ACTITUD COMO PADRES: Es importante ayudarlos cuando nos los piden, pero no necesitan animadores sino adultos que puedan enriquecer su juego en algunas ocasiones. Ver sus intereses, a veces el simple hecho de acompañarlos con nuestra mirada les es suficiente y otras veces tendremos que involucrarnos más. 
Hoy como padres, teniendo en cuenta nuestro modo de vida, exigente, ambos padres trabajamos, ¿cómo podemos acompañar mejor a nuestros hijos para que el juego también tenga un espacio en sus rutinas?  Los desafíos son una realidad, siempre existieron, pero hoy manejamos tanta información y bombardeo que a veces podemos perder más fácil el foco.  Por eso es bueno cada tanto poner en perspectiva nuestra realidad para poner los medios necesarios para no aplastar el juego de nuestros hijos.  Los niños todo el tiempo están entrelazando el juego en su vida diaria, mientras esperan pueden ponerse a contar baldosas o a jugar que sus dedos son naves espaciales. El juego implica en cierto modo un esfuerzo y ponerse en movimiento si les ofrecemos permanentemente como alternativa al aburrimiento la televisión, la tablet, los jueguitos sin querer vamos apagando y silenciando ese juego tan necesario para crecer. Es importante que podamos ver cómo venimos acompañando a nuestros hijos en el juego. El contexto también cuenta, muchas veces nos encontramos con días completos con miles de programas, para que no se aburra, para que socialice, para que se integre, para que se divierta, para sumar experiencias y nos vamos olvidando de lo más importante, que este tiempo en casa, pueda ser tiempo para aburrirse, sin actividades pautadas, dentro de un orden, pero un orden apelando a sus necesidades y no a nuestras expectativas. Como madre, nos encontramos con mi marido, que por varios meses notamos que todos los fines de semana nos la pasábamos llevando y trayendo a las más diversas actividades, deportivas, que por supuesto apoyamos, invitaciones, programas con amigos, etc, y nos dimos cuenta que no parábamos y que había algo que no estaba del todo bien. Implicó frenar, pensar y recalcular. Volvimos a marcar prioridades. tiempo en familia, tiempo de estar en casa y jugar en casa con los hermanos, con lo que tenemos, y no tener que siempre estar buscando en otros lados lo que ya está dado, tomando con más calma todas las ofertas de programas y actividades que surgen haciendo una mejor elección. Habrá veces que tendremos que repensar en función de nuestras prioridades y lo que consideramos mejor para nuestros hijos, reordenar agendas y pensar mejor lo que estamos haciendo o queremos hacer, sino la rapidez nos lleva puesto y ahi es donde después surgen muchos problemas.  ¿Por qué antes los niños jugaban más que los chicos de hoy?  La respuesta va un poco en continuación con la anterior, no sé si jugaban más, pero si creo que tenían más oportunidades de juego. Se suman varios puntos, en primer lugar el contexto en el cual mencionamos antes, un mundo apurado y exigente no deja mucho espacio para jugar, a veces priorizamos el activismo y la productividad por sobre el proceso y verdadero aprendizaje, nos pasa a todos, adultos y niños. Y por otro lado creo que antes, nuestros padres no se enteraban si estábamos aburridos, porque sabíamos que si se lo hacíamos saber la responsabilidad era toda nuestra y hoy como padres ante el “me aburro” de nuestros hijos sentimos que la responsabilidad de darle diversión, entretenimiento es nuestra.  Somos una generación de padres un tanto ansiosos y culpables y esto genera agobio, en vez  de dejarlos a ellos, nuestros hijos que se hagan cargo de su aburrimiento. La creatividad suele surgir, entre el estado de aburrimiento y ansiedad. Si nosotros privamos a nuestros hijos de esa posibilidad con el tiempo tendremos jóvenes menos creativos y más ansiosos. Para esto es necesario que como padres brindemos espacios, para que el juego se brinde de un modo más natural, pausado y sin corridas. Que gran oportunidad son las vacaciones y fin de semanas, ¿Qué características debería tener un juguete?  Vamos a mencionar algunas:
  • Acorde a la edad y a sus necesidades cuidando de no quemar etapas
  • Cuanto más hace el juguete, menos se activa el cerebro. 
  • Todos los juguetes ayudan a divertir y es ahí donde aparece el aprendizaje. 
  • Juguetes que impliquen a otro.
  • Que tengan que poner en acción su interés, asombro y que no sea el juguete quién guíe el aprendizaje.
  • Variados en su justa medida, tener un buen repertorio lúdico. 
  • Seguros.
  • Que ayuden a recrear el mundo. 
  • Que abran camino. que despiertan ganas de… 
  • Que nos permitan movernos.  
Al principio serán más de acciones, luego es más de simbolización, roles, se hace más rico y complejo, con reglas, implicando mayores habilidades sociales.  Es importante tener juegos que se puedan compartir en familia. Las tecnologías hoy ocupan un lugar importante de nuestro tiempo de familia, que si no las ordenamos y las ponemos a nuestro servicio, puede robar muchas horas de juego que ayudan a un mejor desarrollo.  Si tenemos que pensar en el próximo cumpleaños o fiestas, ¿qué tipo de juguete va en sintonía con la importancia del juego en la infancia? Podemos pensar en distintos tipos de juguetes:
  • Juguetes que permitan equilibrar e integrar reflejos primarios. colchonetas, arrastrables, un tren, juegos de lanzar, patines o patinetas, bicicletas, raquetas, pelotas, cochecitos que pueda trasladar el niño, legos, estuche con lápices de colores, plastilinas, animales de la granja, cuentos que parecen diferentes situaciones e imágenes, instrumentos musicales . 
  • Juguetes que ayudan a la resolución de problemas: rompecabezas, construcción, bloques. juegos de cartas, linternas.largavistas 
  • Juegos que permiten el desarrollo social: cocinita, tienda, disfraces, muñecos, 
En definitiva juguetes sencillos donde el niño tenga que poner de su parte. Empezar desde pequeños a jugar con ellos, valorizar su juegos será muy importante, hacernos espacios para jugar con ellos, para compartir. ¿Cómo los podemos ayudar en sus juegos?  Respetando la intimidad de nuestros hijos  Un autor decía, “no podemos entrar bruscamente en la vida del niño, en sus pensamientos , juegos, en sus sueños en su realidad, y salir con el mismo apresuramiento con que hemos entrado." Y si nos esta faltando tiempo preguntarnos ¿por qué no estoy teniendo ese tiempo?. Muchas veces vemos que cuando le dedicamos tiempo a un hijo disminuyen los problemas.  ¿Cuándo ocurre que el juego deja de ser juego?  Cuando el resultado, el ganar, está por encima del propio juego, en ese caso el juego desaparece.  Cuando los valores que están transmitiendo al jugar van en contra de lo que queremos educar. Cuando alguien está haciendo sentir mal a otro dentro del juego, deja de ser juego. Para cerrar ¿por qué como adultos dejamos de jugar?  En primer lugar las responsabilidades y la propia realidad a medida que vamos creciendo nos van mostrando que la vida no es un juego pero no por eso debemos perder de vista que el juego puede darle un sabor especial a la vida, y que como adultos debemos seguir fomentando el juego como un aliado en muchos aspectos. A través del juego nuestro cerebro se activa de un modo diferentes, lo ayuda a disminuir el estrés, aumenta la creatividad, nos ayuda a ser más flexibles y por lo tanto a tener mayor empatía con otros, y sobre todo porque a través del juego generamos vínculos muy poderosos con nuestros hijos.  Aprovechemos para jugar un poco más con nuestros pequeños y vamos a ver que bien le hace a nuestros hijos y a nosotros mismos.
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